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Ecosistemas naturales frente a ecosistemas artificiales.
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Un ecosistema puede definirse como un área grande y altamente interconectada del planeta que está compuesta por diferentes componentes bióticos y abióticos.
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Un buen ejemplo de ecosistema sería un bosque o una cordillera.
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En este vídeo, veremos la diferencia entre ecosistemas naturales y artificiales.
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Los ecosistemas naturales existen desde que existe el planeta.
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Un ecosistema natural se compone de todas las plantas, animales y características ambientales de una zona.
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Generalmente, los ecosistemas naturales tienen aportes de recursos autóctonos.
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Es una forma científica de decir que la mayoría, si no todos, los componentes que se encuentran en un ecosistema son autóctonos o nativos de esa zona.
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Todos esos componentes interactúan a través de diversos ciclos de nutrientes y energía para crear grandes redes increíblemente complejas.
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A veces estas redes contienen más de 100 componentes distintos y abarcan miles de kilómetros.
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Así que, en general, los ecosistemas naturales están formados por muchas especies de plantas y animales y tienen largas y complejas redes alimentarias y una gran diversidad genética.
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También son naturalmente sostenibles.
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Los ecosistemas artificiales han sido creados o alterados por el hombre y no se encuentran en la naturaleza.
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Las granjas son un ejemplo de ecosistema artificial.
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Sobre la base de la complejidad de los ecosistemas naturales, ¿cuántos componentes crees que tienen los ecosistemas artificiales?
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Haz pausa y piensa.
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Si has pensado entre cinco y diez, estás bastante cerca de la media.
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A diferencia de los ecosistemas naturales, los artificiales suelen diseñarse para ser muy simples.
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Los ecosistemas artificiales pueden contener solo unos pocos (3 o 4) componentes diferentes y suelen requerir aportes de recursos alóctonos o externos,
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es decir, contienen especies y aportes que no son nativos.
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Como resultado de su simplicidad, un ecosistema artificial no puede funcionar como su contraparte natural y hay un reciclaje incompleto de nutrientes.
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Así que debe haber recursos adicionales para que el ecosistema siga funcionando.
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La diversidad genética es muy baja en los ecosistemas artificiales y las redes alimentarias son muy simples o incluso incompletas debido a la muerte de las especies plaga.
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Otra diferencia importante entre los ecosistemas naturales y los artificiales es la escala temporal utilizada para medir la actividad dentro de cada ecosistema.
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Por ejemplo, el ciclo del agua en los ecosistemas naturales suele requerir décadas o siglos para que el agua complete todo un ciclo y regrese al punto de partida designado.
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En un ecosistema artificial, por otro lado, todo el ciclo del agua puede tardar solo unas semanas o meses antes de que vuelva a su punto de partida.
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La enorme diferencia en la escala temporal se debe tanto al pequeño tamaño como a la relativa simplicidad de los ecosistemas artificiales.
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Son más fáciles de controlar y pueden diseñarse fácilmente para una alta productividad.
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La productividad en los ecosistemas naturales es mucho más variable y depende del entorno.
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Con este vídeo, deberías conocer algunas diferencias cruciales entre los dos tipos de ecosistemas.
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Lo más importante es que los ecosistemas naturales son mucho más complejos y diversos,
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mientras que los artificiales son mucho más simples y pueden controlarse fácilmente para lograr una alta productividad.